martes, 25 de noviembre de 2008

Hisenda Miret 2006

Vino: Hisenda Miret 2006
Origen: D.O. Penedès (Catalunya, España)
Productor: Parés Baltà
Variedades: 100% garnatxa
Alcohol: 14.5% vol.
Precio: Entre 18 y 21 euros
Enlace de la bodega: www.paresbalta.com
Más información: Elaborado con uvas de la Finca Cal Miret, a una altitud de 300 metros. Producción siguiendo métodos de cultivo ecológico, sin uso de pesticidas, herbicidas ni abonos químicos. Fermentación a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable durante 3 semanas con varios bazuqueos diarios. Fermentación maloláctica con bacterias autóctonas. Crianza en barricas nuevas y de segundo año de roble francés por un periodo de 5 meses.

El Penedès es uno de los pocos territorios peninsulares que ha apostado por los vinos blancos como base de su producción. En la actualidad el 80% de su superficie cultivada está destinada a las clásicas "xarel·lo", "macabeu" y "parellada" y a un amplio conjunto de variedades foráneas con las que elaborar todo tipo de ensamblajes. A nadie ha de extrañar esta situación pues en el mismo territorio se solapan la D.O. Penedès y la producción de espumosos inscritos en la D.O. Cava, compartiendo en muchos casos la misma finca, las mismas uvas, bodega, depósitos, líneas de embotellado, etc.

En cuanto a los vinos tintos, la mayoría de las bodegas han optado por introducir vides de origen francés para elaborar vinos de corte internacional destinados en buena parte al mercado exterior. Desde hace 20 años la densidad de variedades autóctonas ha ido disminuyendo en favor de cepas como la "cabernet sauvignon, "merlot" y "pinot noir", que de hecho ya son las tres más trabajadas en esta denominación de origen junto a la local "ull de llebre" (tempranillo).

Este cambio gradual hacia unos vinos más accesibles a un consumidor globalizado ha cambiado el paisaje y el entorno del Penedès. Éste es un vasto territorio con más de 26.000 hectáreas de viñedos de las que tan sólo 82 corresponde a la variedad autóctona "garnatxa". El vino que ocupa este post, el Hisenda Miret 2006, es el único monovarietal de "garnatxa negra" de la región, lo que hace que sea una curiosidad y nos sirva para tomarle el pulso a las posibilidades de esta variedad para producir vinos de calidad.

La bodega Parés Baltà es un negocio de carácter familiar que se remonta a 1790. En la actualidad controla un total aproximado de 210 hectáreas repartidas en cinco viñedos lo que permite una perfecta aclimatación de las variedades de uva al entorno. Cada una de las fincas presenta características propias y diferenciadas de las otras, con micro-climas y suelos de compuestos diversos, facilitando la expresión y la personalidad de cada una de la uvas. El cuidado de la viña es extremo y para ello se recurre a métodos tradicionales respetuosos con el medio ambiente. Entre otras iniciativas curiosas la bodega posee un rebaño de ovejas que pastorea entre las viñas después de la vendimia comiéndose las hojas y abonando el campo. La polinización se ve favorecida por la construcción de colmenas de abejas que posibilitan una comunicación fluida del entorno y las vides.

Los viñedos con los que se elabora el Hisenda Miret 2006 provienen de la finca homónima, Cal Miret, en el término municipal de Sant Martí Sarroca, en la comarca del Alt Penedès, a escasos quilómetros de Vilafranca. Se trata de un antiguo viñedo con más de 500 años de actividad vinícola. Su suelo calcáreo y profundo permite a las vides extender sus raíces y soportar el intenso estrés hídrico que sufre durante la mayor parte del año. Se trata de una garnatxa de muy bajo rendimiento que se ve sometida a una vendimias en verde quitando uvas sin madurar después del envero. Con ello se trata de extraer al máximo la personalidad de esta variedad y favorecer la concentración de aromas.

Este vino ha pulido en el último año sus últimas aristas y ha limado esa tanicidad inicial que lo caracteriza al salir al mercado. En este momento se encuentra en plena forma conjugando fortaleza estructural, frutosidad y suavidad a partes iguales. Le veo todavía mucho recorrido en botella y una buena capacidad de envejecimiento.

Nota de cata:
Rubí granatoso de capa media-baja, luminoso, reflejos rojizos y anaranjados, ribete atejado, amplio.

Aromas de buena intensidad con predominio de una fruta roja expresiva en confitura (frambuesa, tomate, higo), fruta escarchada y sensaciones de piel de naranja. Hay notas de monte mediterráneo (retama de olor, jarabe, tomillo, hinojos). De fondo se perciben suaves acentos balsámicos y ahumados, con notas de tierra húmeda, pedregal, hojarasca y trufa, a los que se suma el cuero y la ceniza de puro.

En boca es de cuerpo medio, sedoso, elegante, frutoso (granadina, madroños), levemente goloso. Dotado de una firme estructura que no le resta suavidad ni finura al conjunto. Mantiene en todo momento una alegre acidez integrada en un conjunto de fruta en mermelada en el que destacan unos taninos dulces que hasta esta última cata no habían brillado de tal manera. Cálido, sabroso, elegante, con una bella expresión de garnacha terrosa, madura y fácil de beber. Final largo, especiado. Diferente y con destellos de calidad.

Nota personal: 16/20
Relación calidad precio: Floja
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jueves, 20 de noviembre de 2008

Gran Feudo Rosado 2007

Vino: Gran Feudo Rosado 2007
Origen: D.O. Navarra (Navarra, España)
Productor: Bodegas Julián Chivite
Variedades: 100% garnacha
Alcohol: 13% vol.
Precio: Entre 3 y 4 euros
Enlace de la bodega: www.bodegaschivite.com
Más información: Vendimia mecánica realizada a mediados del mes de octubre. Elaborado según el método tradicional de sangrado obteniendo el mosto por gravedad sin ningún sistema de escurrido, con un maceración de 24 horas con los hollejos para extraer color. Embotellado en septiembre de 2008.

Karen Page y Andrew Bornenburg son dos desenfadados escritores especialistas en gastronomía y vinos que desde hace un par de años tienen una brillante columna semanal en la edición digital del Washington Post. A principios de verano publicaron un artículo titulado Try on something pink on summer que se me escapó y que he podido recuperar por casualidad, lo cual a la postre me ha dado una buena excusa para encabezar este post. En el artículo se remarcaban las bondades de la "garnacha" como variedad para la producción de rosados de calidad y se destacaba el clásico Gran Feudo de Chivite como elección particular de los autores. Además, se incluía el riojano CVNE entre los 10 mejores vinos de este año.

Me encantan los rosados y de todos ellos mis preferidos son los elaborados con "garnacha". Estos tintos pálidos tan poco valorados por una gran mayoría de los aficionados al vino tienen ventajas comparativas evidentes: son baratos, tienen un pronunciado carácter varietal y en algunos casos incluso mineral, fácilmente identificables sirviendo de buena escuela de aprendizaje, son directos y fáciles de beber al tiempo que no camuflan sus defectos en la habitual coartada que proporciona la avainillada barrica de roble. A mi entender, España cuentra con tres o cuatro regiones vinícolas en las que se elaboran buena parte de los mejores rosados del mundo gracias a la diversidad de sus climas y variedades así como al buen hacer de sus elaboradores. Es cierto que en Francia (Bandol, Tavel, Languedoc-Roussillon) y en Italia (Apulia, Abruzzo, Calabria) tienen buenos ejemplos pero emho difícilmente pueden competir con esa "garnacha" navarra que aporta una desbocada cantidad de fruta roja matizada por la frescura de un clima de transición y por la excelente maduración de la vid.

En el lado opuesto encontramos los rosados provenientes de zonas con un clima mediterráneo más acentuado que tienen el peligro de caer en excesos de alcohol y en una cierta pesadez derivada de la mala costumbre de dejar sobremadurar la uva. Este es el caso de la gran mayoría de rosados de "garnacha" aragonesa o de algunos levantinos de "monastrell" o "bobal". En Catalunya desgraciadamente se ha impuesto el uso de las variedades bordalesas "cabernet sauvignon" y "merlot" como base del viñedo, que lo mismo sirven para elaborar tintos que rosados. Mala política. El resultado son unos rosados clónicos, cortados por el mismo patrón, aburridos, excesivamente contundentes, de exagerada estructura, agresivos y difíciles de beber. En definitiva, un disparate.

Afortunadamente todavía hay un reducido grupo de productores que se salen de la tónica general y que producen estupendos rosados a base de recuperar las variedades locales y tener un gran control de la maduración de la uva. En el Penedès encontramos a Mas Romaní con un curioso rosado de "samsó" (carinyena); en la Conca de Baberà la variedad "trepat" produce fresquísimos vinos como los Portell o Francolí; en la comarca del Priorat tenemos el Ètim, Mas Donís y Brunus; y en el Ampurdán gente como Celler Espelt produce un rosado espléndido de "lledoner", todos ellos de "garnacha". En esta misma línea de calidad apuntan los rosados elaborados en la nueva D.O. Tierras de León con la "prieto picudo" como estrella indiscutible. Y otro tanto sucede en la Rioja con la acertada combinación de "garnacha" y "tempranillo" que nos ofrecen unos vinos delicados, menos intensos pero con algo más de recorrido en botella.

Sobre el Gran Feudo Rosado de Chivite
La familia Chivite produce este rosado desde el año 1981 con la intención de presentar el rosado de lágrima más joven, fresco y afrutado posible. Después de embotellar la primera partida que se comercializa a partir del mes de enero, el resto del vino base permanece durante el año almacenado en depósitos acero inoxidable, cerrados al vacío con presión de nitrógeno para evitar su oxidación y mantener lo mejor posible sus características de color, aromas y sabor. Cada dos o tres meses, se efectúa un nuevo embotellamiento que se comercializa inmediatamente. Es el único rosado español que indica en la etiqueta el mes de su embotellado, lo que es de agradecer ya que nos permite a los consumidores su consumo lo más recientemente posible y que las botellas no se acumulen indefinidamente en los comercios.

Con este vino podemos negar el topicazo de que los rosados están hechos para el verano. Fue embotellado el mes de septiembre de 2008 y sin duda es la mejor de las partidas de este año, por encima de la de abril y julio. Incluso diría que es el mejor Gran Feudo que he probado en años. Ha ganado en complejidad, la fruta es madura y está plenamente asentada, ha desaparecido ese vivo carbónico de principios de año. Tan sólo me queda felicitar a la familia Chivite por hacer bien las cosas y seguir elaborando uno de los valores seguros del supermercado a precio de eso, de supermercado. Por favor, no cambien!!!

Nota de cata:
Frambuesa claro, luminoso, brillante, muy vivo, reflejos azulados.

Nariz potente, frutosa, mostrando marcadas diferencias según la temperatura de servicio. Presenta estimulantes notas vegetales en frío (césped, zarzal, menta fresca, espárragos crudos) ganando en dulzor y suavidad al subir algunos grados. Hay una cantidad brutal de fruta roja (cerezas, fresones, madroños) con finos lácteos que recuerdan al rulo de queso de cabra y suaves especias aromáticas. De fondo predominan las notas florales (pétalos, rosas) y las chuches, regaliz rojo, piruleta Fiesta.

En boca es grueso, fresco, con una intensa y refrescante acidez que lo encumbran. Frutalmente concentrado, lleno de fruta roja, con marcada acidez cítrica, muy vivo, afrutado, con notas especiadas parecidas a un caramelo de cola. El mejor rosado de Chivite de los últimos años, lleno, frutoso, complejo y maduro.

Nota personal: 16/20
Relación calidad precio: Excelente
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jueves, 13 de noviembre de 2008

Morsi di Luce 2004 Vino Liquoroso

Vino: Morsi di Luce 2004 Vino Liquoroso
Origen: I.G.T. Sicilia (Isla de Pantelleria, Italia)
Productor: Cantine Florio - Duca di Salaparuta Spa.
Variedades: 100% zibibbo
Alcohol: 15.5% vol.
Precio: Entre 13 y 16 euros (botella 50 cl.)
Enlace de la bodega: www.cantinefllorio.it
Más información: Viñedos propios de la bodega Florio ubicados en la isla de Pantelleria. Vides plantadas entre 50 y 100 metros de altitud, en pequeñas zanjas sobre suelo volcánico para protegerlas del fuerte viento africano. Vendimia manual de la uva sobremadurada a finales del mes de septiembre. Leve maceración con los hollejos y fermentación en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada. Cuando el mosto alcanza entre 5 y 6 grados de alcohol es "apagado" con un destilado de vino hasta alcanzar un 16% vol., dando así por acabado el proceso de fermentación. Crianza de 10 meses en una selección de barricas nuevas y usadas de roble francés de 225 litros. Permanece un mínimo de 8 meses en botella antes de ser comercializado. Producción de 35.000 botellas.

La añada 2004 en la isla de Pantelleria será recordada durante muchos años por la extrema calidad de sus vinos. Las mejores bodegas alcanzaron el máximo de expresión posible con dulces como el Abraxas, o el Ben Ryé y Kabir de Donnafugata. Éste, también es el caso del Morsi di Luce. Un dulce que se comercializa en un rango inferior, como vino licoroso bajo el sello genérico de I.G.T. Sicilia, pero que nada tiene que envidiar a sus hermanos mayores, los D.O.C. Moscato Passito di Pantelleria. La diferencia entre ellos deriva de su proceso de elaboración. Los D.O.C. siguen el método clásico de deshidratar las uvas al sol durante 3 semanas hasta que se consigue una pasa con fuerte concentración de azúcares. Después se vinifican normalmente, a baja temperatura, hasta que la fermentación se bloquea de forma natural sin añadir ningún tipo de alcohol vínico.

Pantelleria es una pequeña isla italiana a 70 quilómetros de la costa este de Túnez. La mano del hombre ha tenido que moldear una orografía difícil, de suelo volcánico y fértil que favorece los cultivos de la viña y de los cítricos. El fuerte viento de "tramonta", a días cálido y a días helado, ha favorecido la construcción de los clásicos muros de piedra negra que separan las parcelas cultivadas y que protegen a las retorcidas vides. La "zibibbo" es el nombre tradicional con el que los habitantes de la isla se refieren a la "moscato di alessandria". La leyenda atribuye al general cartaginés Magon Barca, hermano de Aníbal, la invención de los passito y la introducción de la variedad "zibibbo". Sin embargo, ésta fue traída por los pueblos árabes en el siglo VIII d.c. Diversas tribus del norte de África habitaron la isla durante la Edad Media produciendo unos famosos destilados con los que comerciaban con el continente europeo, aprovechando la crisis de la viticultura. También se seleccionaban algunas parcelas poco productivas, con uvas destinadas al consumo familiar, que posteriormente se asoleaban para elaborar unos dulces viscosos muy sabrosos, dando origen a los primeros passito di pantelleria. No sería hasta la llegada de los navegantes catalanes y aragoneses que se impuso el sistema tradicional de apagado y la elaboración de vinos fortificados, de la misma manera que se llevaban a cabo desde el norte de Aquitania hasta la actual comarca murciana de El Carxe.

Había probado este vino licoroso en diversas ocasiones pero ninguna de sus añada es comparable a la del 2004. A mi entender estamos ante uno de los vinos dulces más interesantes del mundo, con una expresión varietal y una pureza fuera de lo habitual. Una de las compras del año, sin duda alguna. No se arruga ante los mejores passito di pantelleria, pero cuenta con el aliciente añadido de que es 4 veces más barato. A pesar de tratarse de un vino licoroso, me parece que está a la misma altura de los grandes vinos dulces naturales españoles, como los malagueños Molino Real, Ordóñez & Co., o el Chivite Colección Vendimia Tardía. No sé qué podría pasar si los productores de Pantelleria se decidieran por elaborar alguna solera vieja con esta "moscatel" y le dieran unos años. Temblaría Jerez.

Nota de cata:
Amarillo dorado-viejo, brillante, limpio, reflejos ambarinos.

Nariz apabullante, intensamente perfumada, delicada y fragante, con una elegantísima expresión de fruta ultramadura, escarchada, de hueso (albaricoque) a la que se suma una sensación de fruta exótica asilvestrada que aporta frescor. Hay un enorme peso floral con una explosión de jazmines, retama de olor, hierbabuena, flor del limonero, zarzal... De fondo se perciben finos ahumados y notas avainilladas. Trama seductora, brillante, con un fondo mineral ahumado y un suave retronasal con notas de cacao tostado

En boca es sedoso, elegante, muy sabroso y lleno de equilibrio. Sorprende por su excelente acidez y frescor, con fruta muy madura, dulzona, casi cálida, contrastada por una intensa acidez. Fuerte concentración de uva pasa, tarta al whisky, vainilla, a la que se suman las sensaciones de miel de acacia, fruta escarchada, especias blancas. ¿Dónde está el alcohol? Ni se intuye. Creo que todavía podría ir ganando en unos años en botella mientras pule esa acidez y la integra. Más que un vino de postre es un postre en sí mismo.

Nota personal: 18/20
Relación calidad precio: Excelente
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viernes, 7 de noviembre de 2008

Vinska Klet Krško Cviček 2007

Vino: Vinska Klet Krško Cviček 2007
Origen: Dolenjska (Baja Carniola, Eslovenia)
Productor: Kmecka Zadruga Krško z.o.o.
Variedades: 70% uvas tintas (žametna črnina, modra frankinja (blaufränkisch), 20% uvas blancas (kraljevina, laški rizling) y 10% uvas autóctonas rosadas
Alcohol: 10% vol.
Precio: Entre 4 y 7 euros
Enlace de la bodega: www.kz-krsko.si
Más información: Elaboración tradicional y moderna. Uso de tinas de roble para la fermentación del mosto base y posterior crianza mientras las variedades blancas reposan en depósitos de acero inoxidable. Posterior ensamblaje y embotellado.

Los vinos conocidos como Cviček son los más populares de la viticultura eslovena. Su éxito ha llegado hasta tal punto que las autoridades reguladoras han tenido que crear un nuevo sello de calidad que los ampare. Bajo el nombre de "Cviček P.T.P." (Denominación Tradicional Reconocida Cviček) se identifican estos vinos producidos únicamente en la región de Dolenjska protegiéndolos y diferenciándolos de la gran cantidad de bodegas que lo elaboran en el resto de Eslovenia. Y es que se trata de un vino cuya producción es mayoritariamente casera y de consumo muy extendido entre la población.

Los auténticos Cviček se cultivan en la región vinícola de Posavje y más concretamente en la zona de Dolenjska, al este del país tocando con la frontera de Croacia. Se trata de la región más húmeda del país. La mayor parte de los viñedos se asientan en las suaves laderas de los ríos Sava y Krka aprovechando la refracción solar sobre sus aguas para dotar de una mejor maduración a la uva. Y es que estamos en una zona difícil para la viticultura. La conducción de la vid siempre es lo más vertical posible y la limpieza del suelo es mínimo permitiendo que la hierba crezca para evitar la erosión producida por las fuerte lluvias.

El proyecto Kmecka Zadruga Krško es en realidad una cooperativa y una de las bodegas clásicas del este del país. Conocida como KZ Krško, nace en 1928 de la unión de los escasos viticultores eslovenos que quedaban en la región. Éstos, desde principios de siglo habían visto desaparecer progresivamente la mayoría de sus viñedos con el ataque de la filoxera y las consecuencias catastróficas de la Primera Guerra Mundial. La pobreza provocó que el territorio de Dolenjska se quedara prácticamente vacío en un éxodo masivo hacia los Estados Unidos y que las escasas viñas quedaran desatendidas. Desde los años 30 la cooperativa se ha consolidado como una sólida productora de vinos de calidad siendo una de las pocas de Eslovenia que produce más vino tinto que blanco.

Si tengo que definir un Cviček me vienen a la mente los clásicos claretes españoles en los que se mezclaban uvas tintas y blancas en busca de un rosado fácil de beber, aunque con un concepto más cercano a los beaujolais nouveau. Este vino esloveno está dotado de mucho nervio gracias a una afilada acidez arropada por un torrente de fruta roja. Es un rosado especial, arraigado en la cultura local y que se sigue elaborando sin grandes diferencias desde la Edad Media, si descontamos la generalización de los depósitos de acero inoxidable en los últimos años. No es de extrañar el ensamblaje de diversas uvas, algo poco habitual en el resto de Eslovenia, ya que es la zona vinícola con más influencia francesa. Su consumo está extendido entre la población como vino de diario y apto para cualquier celebración. Puede ser el sustituto de la cerveza o bien servir de aperitivo. Estamos ante un vino fresco y barato, frutoso, que los bodegueros saben elaborar sin problemas. Que nadie exija complejidades. Este vino es para disfrutarlo en compañía y no parar de beber.

Nota de cata:
Curioso color, frambuesa granatoso casi rubí oscuro, ni tinto ni rosado, reflejos granadinos y ambarinos.

En nariz es de media intensidad, levemente lácteo con notas frutos rojos y bayas que van ganando en potencia con un poco de aire. Hay suaves notas de zarzal, zarzamora, resina, regalices rojos, fresones. Muy suave y agradable.

En boca es vivo y alegre, muy fresco y dotado de una magnífica acidez. De carácter joven y desenfadado con un derroche de fruta roja, sabroso, fácil de beber. Presenta un fino carbónico que aporta frescor junto a sensaciones amargosas y de raspón. Sin complicaciones.

Nota personal: 13/20
Relación calidad precio: Buena
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domingo, 2 de noviembre de 2008

Kir Yianni Ramnista 2003

Vino: Kir Yianni Ramnista 2003
Origen: V.Q.P.R.D. Naoussa (Macedonia, Grecia)
Productor: Κυρ-Γιάννη - Ktima Kir Yanni
Variedades: 100% xinomavro
Alcohol: 13.5% vol.
Precio: Entre 10 y 13 euros
Enlace de la bodega: www.kiryianni.gr
Más información: Viñedo ubicado en la comuna de Yiannakohori dividido en treinta parcelas diferentes según diferencias de suelo, orientación, inclinación o microclimas. Vendimia manual y selección en mesa. Efectúa la fermentación maloláctica en barricas bordalesas nuevas de roble francés. A principios del mes de enero el vino joven es trasegado a barricas de 225 y 500 litros de segundo y tercer año donde es criado por un periodo de 12 meses. Permanece un mínimo de 24 meses en botella antes de ser comercializado.

Si hay alguna región de Grecia preocupada en mantener viva su tradición vinícola, ésta es la de Macedonia. La defensa de sus variedades de uva autóctonas y la protección de los viñedos históricos forman parte del ADN de sus agricultores que a lo largo de la historia han tenido que lidiar con todo tipo de problemas. Y es que los valles macedónicos conocen el cultivo de la vid desde hace miles de años, antes que cualquier otra provincia griega y no ha sido nada fácil que sigan con tan buena salud ya entrados el siglo XXI. La producción de vino se ha visto amenazada una y otra vez por el paso de los diversos pueblos conquistadores que han pasado por el territorio. La filoxera arrasó por completo los viejos viñedos que tuvieron que replantarse nuevamente. Todas estas dificultades han creado una intensa relación entre sus habitantes y la vida que es muy difícil de explicar.

Para la familia Boutari, propietaria de la mayor empresa vitivinícola de Grecia, los viñedos de Naoussa tienen un valor especial. Fueron en ellos donde se creó la empresa y donde en 1879 embotellaron su primera botella, la primera en vídrio de Naoussa y el primer vino comercializado en toda Grecia. Los viñedos de Kir Yianni, de los que provienen las uvas con los que se elabora el vino de este post, son uno de los más antiguos de la región. Esto se puede ver en las parcelas que están presididos por una "koula" con más de 300 años de antigüedad, un torre de vigía construida en los tiempos del Imperio Otomano que servía de atalaya sobre todo el valle. La mayor parte de las vides actuales pertenecían a otro viñedo mayor de una antigua granja local que fueron segregados tras ser comprados por la familia Boutari en los años 60. Durante años la bodega ha experimentado con diversas variedades griegas y extranjeras en busca de vinos de corte moderno que se vendieran bien en el mercado internacional. Sin embargo, ha sido la "xinomavro" local la que ha demostrado ser la que mejor que se adapta al duro clima de Macedonia y la que al final ha dado fama al viñedo.

A mediado de los 90 el grupo Boutari decidió construir una nueva bodega con la que poder reconducir las viejas instalaciones productoras de vinos masivos a una auténtica finca de pago en la que elaborar vinos artesanales con las viejas cepas de "xinomavro". Este proyecto fue capitaneado por Yannis Boutaris y posteriormente también por sus hijo Mihalis y Stelios. Ambos abandonaron el núcleo duro de la empresa, que se había convertido en un enorme conglomerado comercializador de bebidas, para encargarse de los viñedos macedónicos y en especial de los de Ktima Kir Yanni. En la actualidad son la base que proporciona la uva de "xinomavro" con la que elaborar los mejores vinos de Naoussa.

El Kir Yanni Ramnista 2003 es un monovarietal de "xinomavro" que muestra diferencias notable con los vinos más modernos de la bodega, sobretodo el Boutari Grande Reserve Naoussa y el Naoussa Boutari. Es evidente que no se trata del Naoussa más sofisticado ni elegante de la casa pero a mi entender es uno de los mejores ejemplos de esta región, con una relación relación-precio fantástica. Resulta ideal como primera piedra de toque con los difíciles tintos de Macedonia sin tener que sangrar el bolsillo. Un tinto de "xinomavro" que tiene todo aquello que hay que esperar de esta variedad: mucha expresión varietal, poco grado, poco color, mucha fruta madura, casi en licor, con un cierto carácter oxidativo, ahumados casi minerales y cueros, tabaco, cuadra, humedad... Aunque se encuentra en un buen momento de consumo y ya ha ido redondeándose todavía le quedan unos años para ir ganando en ese carácter suave y evolucionado de los que hacen gala los buenos Naoussa. En pocas palabras, una gozada. Sólo tiene un pero, es difícil de encontrar en España. En París existe un buen número de tiendas de productos griegos en las que se puede encontrar a un precio similar al de comercializado en origen.

Nota de cata:
Rubí luminoso de capa media, reflejos rojizos y ambarinos.

Nariz de buena intensidad con detalles de calidad. Aparecen notas de ciruelas maceradas y todo tipo de detalles de evolución: cuero ruso, pimentón ahumado, maderas envinadas, tabaco inglés, clavo. Elegante. La fruta es roja, en confitura, con notas de bayas (frambuesas, endrinas, madroños) y un toque de guinda en licor a la que se suman recuerdos florales (flores secas, marchitos, violetas, té de roca, margaritas). Retronasal ahumado, casi mineral, diría que ferruginoso. Diferente y con mucha expresión varietal.

En boca es inmediato al tiempo que serio y muy seco. Predomina la sensación de redondez del conjunto lo que no evita que la trama sea firme y sin concesiones. Acidez intensa con gran cantidad de taninos maduros. Aparece una buena cantidad de fruta roja madura (granada, tomates secos, sandía) con un deje amargoso a piel de naranja o pomelo, casi cítrico, acompañada de notas tostadas, canela, nuez moscada. Sabroso con notas especiadas, casi cálidas. Final notable en el que aparecen notas ahumadas, trufa, tierra, muy mineral. Desborda personalidad.

Nota personal: 16/20
Relación calidad precio: Muy buena
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