Vino: Domaine des 1000 Roses Carignan Blanc 2006
Origen: Vin de Pays des Côteaux du Libron (Languedoc Roussillon, Francia)
Productor: Domaine des 1000 Roses - Caroline & Marcel Gisclard
Variedades: 100% carignan blanc
Alcohol: 14.5% vol
Precio: Entre 11 y 15 euros
Enlace de la bodega: www.domine1000roses.fr
Más información: Viñedos de 2 hectáreas aproximadas con una edad superior a los 80 años. Vendimia manual con selección en cepa. Fermentación natural del 50% del vino base en barricas nuevas de roble francés de 500 litros y posterior crianza durante 4 meses. El resto fermenta en depósitos de acero inoxidable. Tras ser ensamblados los dos vinos se dejan reposar sobre sus lías finas durante 3 meses antes de ser embotellado, en junio de 2007. Producción limitada a 3800 botellas.
Releyendo algunas publicaciones antiguas me encontré con una interesante reflexión de Carme Domingo en un artículo publicado en la revista de la Associació Catalana d'Enòlogs (ACE). En él se afirmaba que "en el patrimonio genético radica la verdadera riqueza vitivinícola de un país, la garantía de desarrollo y futuro en un mundo monótonamente globalizado". Y seguía explicando que "el mantenimiento de las variedades autóctonas no sólo se ciñe a las zonas marginales o deprimidas, sino también está presente en nuevas plantaciones con avanzadas técnicas vitícolas. Además, la tecnología enológica respeta el potencial cualitativo con las propiedades específicas de la variedad y produce unos vinos con una alta calidad, sugestividad, tipicidad, personalidad y, debido a que en ocasiones su oferta es limitada, tienen un alto valor comercial. Cuando este panorama se refiere a variedades prácticamente en extinción se le llama vinos de autor y romántico a quien elabora el vino".
No parece que se equivoque la autora del artículo al destacar el alto valor añadido que presentan las variedades minoritarias dentro del actual estado de globalización en el que está metido este mundo de los vinos. La pujanza del cultivo de variedades foráneas, principalmente francesas, y su éxito comercial está modificando el gusto de los consumidores. Los vinos que nos encontramos en las tiendas cada vez se parecen más los unos a los otros y poco a poco van perdiendo el sello distintivo que aportaban las variedades de uva locales. ¿Quieres beber una "cabernet sauvignon" y qué haces? Chileno o español? Australiano o italiano? Portugués o sudafricano? Californiano o francés? Francamente, poco hay de valor añadido en este gallinero cada vez más lleno de gallos obcecados en hacer lo mismo.
Otro artículo curioso e ilustrativo sobre la cuestión de las uvas locales es el publicado bajo el título de Variedades no tradicionales en el blog Charla sobre vinos. De forma gráfica en él se explica cómo Argentina está dando sus primeros pasos en el cultivo de nuevas variedades (nebbiolo, petit verdot, verdelho, pinot noir, pinot gris, caladoc, etc.) al margen de las "tradicionales" afirmando que "incursionar en el mercado con variedades no tradicionales, es una manera de diferenciarse". Todo indica que la afirmación es acertada pero es difícil, al menos para un europeo, entender plenamente el significado de "variedad tradicional", si es lo mismo que variedad propia o local, en qué mercado pretendes diferenciarte (local-global)... Vaya, que me cuesta creer en la "cabernet sauvignon" o la "merlot" como variedad tradicional argentina, al menos si nos ceñimos a la definición de tradicional que de una forma más o menos genérica todos compartimos. Si lo de "diferenciarse" es adoptar nuevas variedades para ampliar tu gama de productos en el mercado interno argentino, pues sí, lo creo, pero a nivel global cuesta comprar la idea.
Todo esto me lleva a pensar en el perfil monocorde y aburrido de los vinos del Nuevo Mundo. Unos tintos, en su mayor parte, elaborados con media docena de variedades y cuyo éxito (salvo en contadas ocasiones) está relacionado con la aparición de un pequeño grupo de "mediadores" (periodistas especializados, críticos de vino, sumilleres mediáticos, etc.) que dictan sentencia sobre la excelencia o falta de ella del vino y que además son capaces de cuantificarla numericamente en forma de notas. Asunto discutible todo él por la falta de rigor, por la ausencia de un método científico que valide las apreciaciones organolépticas y, sobretodo, las puntuaciones que acompaña a cada uno de los productos. Mejor no entrar en este asunto por no llevar a ninguna parte...
Perdido enmedio de estas disgresiones me gustaría compartir el placer que porporciona beber una "cariñena blanca", variedad minoritaria donde las haya. Se localiza mayoritariamente en la provincia francesa del Languedoc-Roussillon pero todavía quedan pequeños viñedos en el norte de Girona, sobretodo en el Ampurdán. Hasta hace unas semanas sólo la había probado en contados ocasiones, como el Masia Carreras, producido por Celler Martí Fabra, un blanco fementado en barrica con un 40% de "carinyena blanca", 30% "carinyena rosada" junto a un pequeño porcentaje de "garnatxa rosada" y "picapoll". También recordaba el Nívia (80% garnatxa blanca, 20% carinyena blanca) , un blanco fermentado durante 5 meses en barricas de roble Allier, producido por Vinyes i Celler Mas Llunes, así como un rosado difícil de encontrar, llamado Blanc de Roig (80% lledoner roig, 20% carinyena blanca) de la pequeña bodega Setzevins situada en l'Espolla. Aprovechando un fin de semana en Perpignan he podido hacer acopio de algunos vinos de esta variedad e ir dando buena cuenta de ellos.
La mayoría de los vides de "cariñena blanca", unas 1000 hectáreas, se reparten en pequeñas plantaciones en la provincia francesa del Languedoc-Roussillon. Su producción es muy limitada, raramente supera las 3000 0 4000 botellas, y hasta hace unos poco años no gozaba de buena reputación entre los viticultores que reservaban su uso al ensamblaje con otras variedades para producir frescos y sencillos blancos del país. Unos pocos productores han sabido reconocer las posibilidades que ofreces y han apostado por ella. Entre los más interesante encontramos a Domaine Le Conte des Floris que produce La Lune Blanche, un potente monovarietal con 12 meses de barrica, y la popular bodega Mas Cremat que hace lo propion Les Balmettes, un sencillo, fresquísimo y baratísimo Vin de Pays des Côtes Catalanes con un 60% de "carignan blanc" junto a "macabeu" y "grenache blanc". En el departamento de Hérault se encuentra buena parte de esta uva. La bodega Domaine la Grangette produce un excelente blanco básico con la variedad a un excelente precio, disponible en grandes centros comerciales. Domaine du Pas de l'Escalette es otro de los buenos productores con su ambicioso Les Clapas, un blanco racial y elegante en el que la "cariñena blanca" está ensamblada al 50%-50% con la no menos inédita "terret bourret".
El vino de este post, Domaine des 1000 Roses Carignan Blanc 2006, se ha mostrado intenso en todas sus fases, muy marcado por la crianza y con capacidad para evolucionar en unos cuantos años en botella y acabar de pulirse y conjuntarse con la barrica. Tiene una gran personalidad y en poco recuerda su procedencia fruto de una mutación de la "cariñena tinta". Su precio, unos 11 euros lo sitúan en un lugar preferencial para entrar en contacto con esta variedad que de seguro dará de hablar en unos años. Para no perdérsela...
Nota de cata:
Precioso color amarillo limón, reflejos verdosos y dorados, muy limpio y brillante, finas lágrimas.
Nariz limpia y de buena intensidad con un claro predominio inicial de la barrica que aporta notas tostadas y unas acentuadas notas especiadas (anises estrellados, hinojo, heno seco). Se abre con un poco de oxigenación suavizándose hacia notas avainilladas y de coco. Conjunto con personalidad, de enorme franqueza. Evoluciona con rapidez hacia notas acompotadas de fruta (naranja amarga, pétalos de rosa) junto a cítricos dulces y auvados. La fruta siempre en segundo plano, recordando a la macabeo (mondadura de peras, manzanas horneadas).
En boca es dónde mejor se expresa. Muy seco. Entrada suave, redondo, equilibrado, con un tacto aterciopelado y acariciante. La estructura es firme, con una acidez intensa y bien compensada gracias a las finas notas amargosas que nos trae la barrica, con estimulantes y discretos tostados, ahumados y ligerísimo lácteos. Tiene una interesante acidez cítrica a la que se suman las notas ahumadas y afrutadas. Final intenso y especiado, con sensaciones de pimienta blanca y balsámicos (hierbas aromáticas, anises). Personalísimo, elegante, diferente a casi todo.
Nota personal: 16/20
Relación calidad precio: Muy buena
.
Déviant, le making-of!
Hace 3 meses
2 comentarios:
Ante todo felicitarte por la web y la cantidad de información que generas sobe un tema
Te encontré por que buscaba información sobre el Celler Martí Fabra una bodega cuyo vino tiene la característica de diferente a la mayoría y que fue el que más me gustó en la reciente presentación de vinos de la D.O. Empordà, caracterçistica este que suale en tu artículo.
Saludos
Gracias por tu mensaje y disculpa que no haber escrito antes.
Coincido en tu interés por Martí Fabra y sus vinos. Entre otras es muy interesante ver cómo evoluciona la moscatel fermentada en barrica a partir de los 2 o 3 años de ser embotellada.
Un saludo,
Viniterraneum
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